¿LOS MEDICOS SON PELIGROSOS PARA LA SOCIEDAD?

Dedicado a Natalia…

He sido testigo por varios años de la dedicación y esfuerzo que has puesto para recibirte como Médico Cirujano; no puedo negarlo que me siento orgulloso por lo que has logrado; alcanzar la Licenciatura, es conseguir la llave del mundo científico y además mi orgullo es mayor porque soy tu padre. Que estoy orgulloso es una realidad, pero algo empaña mi alegría, y es conocer que un médico especialista, que de manera silenciosa realizó una labor social humanitaria por más de una década en un hospital, estuvo esposado a una cama de hospital luchando por su vida, tratando de comprender las razones para ser considerado peligroso para la sociedad por los administradores de justicia. El drama de ese médico, al que le concedieron medidas sustitutivas está lejos de concluir para él y su familia; sin embargo, hoy en día otro es el drama que ocupa la atención de los noticieros de los medios audiovisuales y escritos y es el “caso” de la Dra. Isis Llapis. Sí, así como se oye el “caso” de la Dra. Llapis, el “caso de negligencia médica”, el caso de la “Dra. que sacó el riñón” es el que está en boga en estos días. A esa mujer profesional, no sé si madre de familia o no, le tocó el turno de ser blanco de una arremetida implacable de los órganos de persecución penal y de otros interesados que medran del dolor y desgracia ajena. Hay quienes se empeñaron hasta el cansancio en pedir que la Dra. Isis Llapis sea conducida a la cárcel, ya lo han conseguido; otros señalan que no se aproximó a sus “víctimas” cuando en el mundo litigante se sabe qué fin o en qué consiste el “acercamiento” del presunto autor a la familia de la víctima. El «acercamiento» no se agota en la compresión y la solidaridad. Ante estos hechos que ocupan la atención de nuestra sociedad, me pregunto qué está pasando con nuestro sistema judicial que considera y trata como peligrosos para la sociedad a profesionales médicos que lo único que han hecho es formarse en la más delicada profesión que existe, cual es la profesión médica y a través de su ejercicio servir a los demás. Profesionales que tienen que luchar no solo para restablecer la salud de los pacientes, sino que deben enfrentar todos los días una realidad que se traduce en la carencia de recursos materiales y humanos para ejercer su actividad profesional y pese a ello, siguen luchando por la vida en las ciudades y en los rincones más alejados de nuestra patria donde las carencias son mayores. Los médicos no son culpables que jueces, fiscales y demás operadores del sistema penal, no observen la doctrina legal aplicable que señala que “…ningún hecho calificado como imprudente puede subsumirse a un tipo penal que tenga como elemento subjetivo el dolo como es el delito de lesiones gravísimas previsto por el art. 270 del indicado Código Penal” (Auto Supremo Nº 97 de 1º de abril de 2005, Sala Penal). Por otra parte, resulta lamentable escuchar que algunos defensores de los médicos sostengan que fulano no cobró para hacer la cirugía, que la hizo por filantropía y otros dislates que no tienen ningún asidero ni relevancia jurídica y en definitiva no constituyen defensa de nada. No se trata de saber si se cobró o no se cobró por practicar una cirugía para agravar o atenuar un hecho. Sin embargo, también es de lamentar que estando vigente un sistema normativo procesal penal de naturaleza acusatoria y garantista de los derechos, contrariamente a ello, quienes aplican las leyes; por razones que personalmente todavía no entiendo, actúan de manera inquisitoria. Frente a lo que está ocurriendo me pregunto: si vale la pena que sigas empeñada en capacitarte y estudiar para afrontar los retos que vendrán y para ayudar a los demás luchando por la vida. Pienso y llego a concluir que la respuesta es una: debes seguir estudiando y preparándote, no importa si en la actualidad, algunos administradores de justicia consideren a los médicos como delincuentes peligrosos para la sociedad y los pongan detrás de los muros de una cárcel. Los mismos jueces que no ponen mayores trabas para conceder libertad a otras personas que en verdad son peligrosas para la sociedad. Algo debe estar mal en nuestra sociedad para que el sistema de administración de justicia penal persiga, aprese y encarcele a los profesionales médicos y los considere peligrosos. Ellos, que dedicaron los mejores años de su vida para formarse y servir a la sociedad en que viven no son ni pueden pueden ser peligrosos. Algún día, nuestras autoridades comprenderán que médicos como el Dr. Moreno, la Dra. Llapis y otros que tendrán que pasar por el mismo calvario, no son peligrosos para nuestra sociedad, ni para ninguna otra, porque su mejor esfuerzo lo dedican a luchar por la vida y mitigar el dolor y sufrimiento de sus semejantes. Hija mía, debes seguir esforzándote, debes capacitarte todos los días de tu vida para ejercer la medicina, cuyo ejercicio en definitiva constituye un verdadero acto de amor; debes luchar porque no te quiten tus esperanzas y sueños. Pese a ello y viendo nuestra realidad, puedo comprender tu deseo de migrar a un país donde los médicos, así ganen igual o peor que aquí, por lo menos no sean considerados y tratados como delincuentes peligrosos para la sociedad.

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